Un gol decisivo del argentino da la victoria al Sporting ante un combativo Lugo
Por Alejandro Rozada (@alexrozada)
Y al sexto partido del 2013, ganó el Sporting. La frase tiene más miga de lo que parece. Después de 4 empates y de la dolorosa derrota en El Molinón ante el Racing, el equipo asturiano necesitaba 3 puntos como el comer. Oxígeno para mantener el pulso en la categoría. Acechado por el fantasma del descenso y dilapidadas las opciones de ascender a Primera División, los hombres de Sandoval se tomaron el partido contra el Lugo como si fuera la primera final del año. Por el valor psicológico del triunfo y el ambiente que había en el Anxo Carro, tuvo mucho de final un encuentro que reivindica nuevamente el valor de Óscar Trejo en este Sporting. El argentino se encargó de marcar el gol de la victoria para demostrar que, hoy por hoy, es el futbolista más desequilibrante del conjunto gijonés.
La esperanza se instaló en el Sporting desde que se vistió la camiseta para jugar el partido. Ante la coincidencia de su primera equipación con la del Lugo y la decisión del árbitro, Valdés Aller, de no permitir la utilización de la zamarra blanca, el conjunto asturiano se tuvo que poner una casaca verde. El color de la esperanza. Este color sirvió de metáfora para ilustrar las ilusiones de una afición que nunca da la espalda a su equipo. Y al grupo de incondicionales sportinguistas, que se dieron cita ayer en las gradas del Anxo Carro, se comprobó muy pronto que esta vez no les iban a defraudar.
Solo habían pasado tres vueltas de crono cuando Miguel Ángel Guerrero estrenó su cuenta goleadora en la Liga Adelante. El toledano recogió un preciso saque de banda de Luis Hernández en el área pequeña y cruzó un disparo inalcanzable para Yoel. El Lugo se quedó tocado después de este gol. Acechaba de manera infructuosa la portería de Cuéllar y, de postre, se quedó sin dos hombres antes del descanso. Iván Pérez se retiró por lesión del terreno de juego y Seoane expulsado tras ver una tarjeta roja directa por protestar. Muchos palos para las ruedas del fogoso conjunto de Quique Setién.
Al Sporting le vino de fábula la superioridad númerica. Sobre todo para templar el ritmo del encuentro y sacar tajada a la contra. Sin embargo, el gol se hacía de rogar. Dispuso de varias ocasiones que no supo aprovechar y dio aire al Lugo. Aupados por su afición, primero avisaron por medio de las ocasiones de Pablo Álvarez, un viejo conocido del sportinguismo, y de Manu. Tanta insistencia al final tuvo premio y Óscar Díaz empató con un testarazo.
Poco le duró la alegría a los gallegos. Sandoval dio entrada a Sangoy y Bilic, para aportar la necesaria chispa en ataque. El croata respondió a la confianza del entrenador madrileño asistiendo de cabeza a Trejo para que marcara el gol de la victoria. Tercer tanto del argentino en esta edición de la Liga Adelante, para echar por tierra los esfuerzos del Lugo y cotizar definitivamente como el jugador más desequilibrante del Sporting.
La victoria en el Anxo Carro presenta también el valor añadido de que ha servido para que, al fin, el Sporting consiguiera su segunda victoria fuera de casa marcando, de paso, más de un gol. Desde la goleada al Castilla en Valdebebas (2-4), a finales del pasado mes de octubre, no ganaba el equipo gijonés lejos de El Molinón y no marcaba más de un gol. Gracias al acierto de Guerrero y Trejo, se rompió la mala racha y se logró una victoria balsámica. Más oxígeno y más optimismo, imprescindibles para huir de la zona peligrosa.
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