El Villarreal ganó 2-1 a un Sevilla al que anuló, y al que solo pudo despertar al final Konoplyanka.
Una vez más el Sevilla nadó para quedarse a la orilla. El problema, es que la mayoría de las veces, ni siquiera merece salir del agua. Hoy una vez más el rival fue infinitamente superior, y esperó a verse tumbado para sacar el amor propio, que no le sirve nunca durante esta temporada para remontar un partido. Al contrario que la pasada campaña, Marcelino hoy le ganó claramente la partida a Unai Emery. Fue a por el partido desde el minuto uno. El Villarreal comenzó el encuentro con dos marchas más que el Sevilla, metiendo arriba a Bakambu y Soldado para negarle la salida de balón a la zaga hispalense. Presión abierta a los centrales que obligaba a Krychowiak a incrustarse entre ellos para tratar de sacar el balón, normalmente sin fortuna, propiciando el pelotazo arriba. Iborra y Khron Dehli no han aparecido ni en ataque ni en defensa. Krychowiak está mal, pero tampoco tiene capacidad para abarcar el campo que debería abarcar otro. Ya desde el minuto uno, Sergio Rico tuvo que intervenir con un paradón, en una declaración de intenciones de lo que sería el partido.
El Villarreal ha jugado comodísimo en ataque, aunque en el inicio sufrió atrás con la velocidad de Gameiro. Bailly vio tarjeta amarilla en el minuto 8 por una falta sobre el francés, que se dedicó a sacar a Victor Ruiz y el propio Bailly de su zona para facilitar a la segunda línea una presunta llegada, que nunca llega. El juego del Sevilla se resumió en los primeros compases en buscar esas caídas de Gameiro a banda con balones largos. Vitolo y Konoplyanka trataban de intervenir, el primero por dentro, el segundo por fuera, pero siempre sin éxito. Los laterales hoy han sido incapaces en su trabajo. El Villarreal, dueño del centro del campo con Trigueros y Bruno, hizo lo que mejor sabe hacer, jugar al fútbol con la pelota. Denis Suárez fue un quebradero de cabeza constante para sus ex compañeros, teniendo libertad de movimiento en todo momento. En los primeros veinte minutos, el ritmo fue frenético pero no pasó casi nada en ambas áreas. El partido cambia con el gol en el minuto 25. Mario Gaspar aprovecha el despiste general de la defensa sevillista para empujar un balón enredado entre mil piernas para adelantar a su equipo. Volvió a partir de ahí la presión arriba del Villarreal durante algunos minutos, hasta que el Sevilla en algunos compases toma el mando. El problema es que los hispalenses hoy no acertaban un solo pase al amigo, casi cada balón era regalado al contrario propiciando contragolpes, como si las cabezas estuviesen fuera del encuentro. El final de la primera mitad volvió a ser para el Villarreal, que decidió aguantar la posesión hasta el tiempo de descanso.
El partido, con superioridad castellonense, fue a su vez muy disputado en la presión y el control de la pelota. No hubo comodidad para ninguno de los dos equipos, excepto en la contras de los de Marcelino a placer. La basculación y el balance defensivo del Sevilla son pésimos desde el inicio de temporada, y no parece que Emery haga incidencia en este aspecto. En el 57, Rico tiene que intervenir para sacar la pelota, en un momento donde el Sevilla parece que ya se quiere ir. Totalmente desaparecido del encuentro está a merced del Villarreal, y para colmo, gol de Bakambu que pone el 2-0 tras una gran jugada de lucha de Soldado y un gran pase de Mario Gaspar al segundo palo. Bakambu remata completamente solo en el área pequeña. El gol tampoco cambia al Sevilla, pero si Llorente, que entra por Iborra a veinte minutos del final. Poco después Gameiro se lesiona y el Sevilla tiene que jugar con diez, pero es entonces cuando aparece Konoplyanka para romper a Mario Gaspar y pone un balón perfecto con su pierna presutamente mala a la cabeza de Llorente. 2-1 y sin hacer nada, el conjunto de Emery estaba en el partido. Se enchufó el ucraniano, y siguió Denis haciendo de las suyas. En el 80, el joven gallego estrelló un disparo en el larguero que saca Rico con la punta de los dedos. El Sevilla, con diez, buscó el empate hasta el final. La tuvo Konoplyanka y la tuvo muy clara Llorente en el 93, rematando un saque de esquina en el área pequeña.
El Sevilla no consiguió empatar, y ni mucho menos lo mereció. Otra salida más, y ya son siete sin ganar esta temporada. Ahora recibirá en el Sánchez-Pizjuán al City en un partido a vida o muerte, y el sábado al Real Madrid en liga. Tras eso, el parón, al que se puede llegar en una situación crítica si la semana termina como ha empezado. El Villarreal se mantiene arriba, tras tres jornadas sin conocer la victoria, volvió hoy a la senda del triunfo y seguirá peleando por todo.