Por Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
El contrarrelojista alemán Tony Martin se marca una extensa escapada desde el banderazo de salida y solamente es engullido apuradamente bajo la pancarta de meta en un esprint final que se anota el danés Morkov en Cáceres
La épica rondó por la meta de la sexta etapa de la Vuelta cuando el alemán Tony Martin (Omega) se marcó una crono de etapa entera, ya que con el banderazo de salida optó por escaparse en solitario y completó la etapa entera fugado para ser alcanzado por el pelotón cuando solo le restaban 10 míseros metros para facturar una de esas victorias maravillosas por las que nadie apuesta. Con una ventaja de 8 segundos en el último kilómetro, los hombres del Argos demostraron de nuevo su carencia para dar caza al escapado y únicamente un arreón explosivísimo del suizo Cancellara (RadioShack) mató al bueno de Tony, exhausto y sin fuerzas que sufrió la manera más cruel de ser cazado, cuando ya rozaba la gloria con la punta de los dedos, o mejor dicho con el tubular delantero; pero iba tan vacío el pupilo de Patrick Lefevre (todo un gurú de las clásicas y con un ojo de lince para los rodadores), que totalmente clavado agachó la cabeza para hacer séptimo en meta, hundido y resignado pero con millones de fans más en la buchaca tras su lección de pundonor de hoy. Quien sacó un rédito desmesurado a tanto trajín fue el danés Michael Morkov (Saxo), que reconoció no ser asiduo de estas lides y en donde Farrar (Garmin), el único velocista reconocido de esta ronda, comprobó con su cuarto puesto que la edad no perdona.
Tal vez porque quisiera un entrenamiento de más exigencia cara a la inminente crono de esta Vuelta, tal vez por ir afinando su forma cara a los Mundiales de Florencia o tal vez por que su equipo tuviera representación en la fuga del día y no les tocase trabajar después para derribarla como ocurriese jornadas atrás, lo ciero es que Martin (Omega) hizo hueco demasiado pronto y su marcheta no dejó en ningún momento que corredores como el italiano Pinotti (BMC) primero y el canadiense Christian Meier (Orica) después, se le uniesen en su aventura particular. Cuando los ciclistas cruzaban la famosa Ruta de la Plata, el Argos holandés pensó que seis minutos era suficiente ventaja y junto a los kazajos que van de líderes, estabilizaron la distancia del principal fugado. Las largas rectas y las autovías elegidas para acercarse a Cáceres bajaron la distancia de Martin (Omega) a menos de un minuto a falta de diez kilómetros, pero un nuevo arreón del actual Campeón del Mundo de Contrarreloj, que iba devorando kilómetros con abismal facilidad como si no le pesara una fuga de más de 170 kilómetros, empezaba a inquietar al pelotón y en especial al Argos holandés. El milagro iba tomando forma, máxime con la estabilización entre 11 y 8 segundos la desventaja del pelotón durante los últimos 5 kilómetros y la sensación de estar viendo una gesta histórica se tornaba cada vez más seria. Las rotondas y la limpia llegada de meta conferían a Martin (Omega) una ventaja casi definitiva, pero Cancellara (RadioShack) desbarató cruelmente la gesta del germano, que atisbó una victoria de leyenda pero que recibió también un sopapo de campeonato.
Segunda victoria en esta Vuelta para el equipo de Contador pero quien se ganó el corazón de todos los aficionados al ciclismo fue Tony Martin (Omega), al que en el pasado Tour y desde hace varias temporadas se le acusaba de centrarse únicamente en las cronos y que quizás hoy gastó demasiadas fuerzas de cara a la crono de la semana que viene, donde tendrá como máximo rival, como ocurrirá en la crono de los Mundiales, del helvético Cancellara (RadioShack), quien quizás por aquello de ser archirivales en esta modalidad no quiso que el alemán llegase a la crono de Tarazona de la undécima etapa pletórico de moral. Vaya de aquí toda mi admiración y aplauso para Tony Martin (Omega) por lo que hizo hoy, toda una oda al ciclismo. Para la séptima etapa de mañana, de 205 kilómetros entre Almendralejo y Mairena de Aljaraje, que pasará por Sevilla, meterá de pleno a los ciclistas en Andalucía con otro día sin puertos pero con altibajos sinuosos, que eso sí, es muy improbable que eviten otro esprint, que los favoritos se resguarden en el anonimato del gran grupo y que debido la longitud del trazado se vislumbra una escapada más numerosa en otro día propicio para que el italiano Vincenzo Nibali (Astaná) mantenga el maillot rojo sin sobresalto alguno.