Obradovic agranda su ya gigante leyenda logrando su novena Euroliga venciendo en la final a Olympiacos.
Euroliga
Final/Tercer y Cuarto Puesto
Fenerbahce – Olympiacos (80 – 64)
Real Madrid – CSKA (70 – 94)
El primer título europeo en la historia de un club turco llegó el domingo 21 de mayo de 2017. Y lo logró el Fenerbahce. Lo tenían todo para ganar, lo sabían, sabían que era su momento, y no fallaron. Con una espectacular y contundente salida los de Zeljko Obradovic, al igual que hicieran el viernes con el Madrid, marcaron el primer desequilibrio de la noche. Después de verse ocho puntos por debajo al cierre del primer cuarto (26-18) y superado por el empuje otomano, el pequeño genio griego, Vassilis Spanoulis, se puso manos a la obra para demostrar que nadie sabe más que él en este tipo de partidos. Gracias a su liderazgo y pundonor pudo señalar a sus compañeros cual era el camino a seguir. Luchando sin parar todos y cada uno de los balones cerraron el sendero hacia su canasta y disminuyeron el trecho que separaba a cada grupo anclados en el intermedio (39-34).
Del mismo modo, acabado el descanso, Olympiacos siguió aguantando de manera heroica las embestidas de su crecido y seguro rival. Pero la resistencia cedió, con unos buenos minutos de Luigi Datome, y los helenos llegaban malheridos al último acto de la Euroliga 2016-2017 (60-48). Fenerbahce no tardó en apuntillar a su rival y coronarse así, por primera vez en su historia, Campeón de Europa.
Ekpe «The Nightmare» Udoh, nacido el 20 de mayo de 1987 en Edmond (Oklahoma-Estados Unidos) fue designado MVP de la Final Four. El pívot más intimidador de Europa ha promediado en estos dos partidos: 14 puntos, 10 rebotes, 6 asistencias y 3 tapones.
El Madrid pierde ante el CSKA y termina cuarto.
Como dijímos el viernes, el partido que todos pensaban que sería la final fue el que terminó siendo el partido por el tercer y cuarto puesto, el partido que nadie quiere jugar. Y es que después de sendas temporadas magistrales por parte de Real Madrid y CSKA a lo largo y ancho del viejo continente, ambos sucumbieron ante el voraz apetito de los siempre luchadores turcos y griegos. Sea como fuere, los dos querían ganar y quitarse el hedor de la derrota del viernes.
Con estas premisas el equipo ruso salió de una manera más fresca al encuentro y las primeras ventajas fueron para ellos. Los blancos seguían aturdidos y tardaron en activarse. En el ecuador del primer periodo el marcador era de 3 a 7. Pese a que las defensas brillaban por su ausencia ambos conjuntos erraban muchos lanzamientos, en especial el Real Madrid, cuyos guarismos tampoco crecieron mucho hasta el abroche de los primeros diez minutos (10-23).
Resultaba evidente que el CSKA se sentia mucho más cómodo sobre el parqué del Sinan Erdem Dome y Laso se deshacía en broncas a sus hombres (en especial Doncic), los cuales parecían sin fuerzas, y eran doblados en el electrónico por los de Dimitris Itoudis (14-28, minuto 13). Fueron los veteranos del Madrid los que intentaron tirar durante un rato del pesado y molesto carro pero los moscovitas apenas se inmutaban mientras seguían poniendo a tono la apisonadora llegados al intermedio (32-45).
El CSKA estuvo pocos minutos en los vestuarios y a gran velocidad ya estaban calentando en el campo. El Madrid tardó en salir, había muchas cosas que corregir y se corrigieron. El partido se transformó en algo más serio, de hecho, en menos de tres minutos los dos ya habían agotado las faltas. Pese a los esfuerzos madridistas en la exacta mitad del cuarto la siempre importante barrera de los diez seguía presente (44-56). Vivimos hasta el cierre del periodo un constante goteo e intercambio de puntos que dejaba todo igual de cara al último y decisivo periodo (56-69).
Mientras las aficiones del Fenerbahce (10.000) y la del Olympiacos (1.000) competían en cánticos y silbidos, los dos equipos que estaban jugando se fueron apagando progresivamente hasta la bocina final, y hasta la próxima temporada.
Fernando Serrano (@FerSerrano83 )
Cronómetro Deportivo.