El Sporting es incapaz de romper el cerrojo defensivo del Recreativo, se queda a cero y suma un punto que le separa del primer puesto por segunda vez esta temporada
Alejandro Rozada (@alexrozada)
Ser líderes impone. Es una extraordinaria responsabilidad que te obliga a no levantar el pie del acelerador para obtener el mejor resultado cada día. El estruendo de la palabra y el peso del maillot de líder exigen una gran dosis de esfuerzo, mentalidad ganadora y fluidez de ideas. Anduvo escaso de todo eso el Sporting contra el Recreativo de Huelva y el resultado es que este fin de semana no se podrá subir al primer cajón del podio de la Liga Adelante para recibir la túnica sagrada del liderato con los besos, abrazos y caricias que siempre implica ocupar esa posición de privilegio. Continúa la maldición del liderato, esa que se manifestó con toda su crudeza allá por el mes de septiembre en Vitoria y se ha vuelto a prodigar, con menor virulencia eso sí, este domingo para impedir que los rojiblancos sigan encabezando la Segunda División. Lo de este domingo fue una prueba de intensidad táctica, un ensayo nulo y un combate que se fue a los puntos para repartir uno a cada contendiente que sirve a los hombres de Sandoval para mantenerse en la escapada buena por el ascenso y al Recre para no descolgarse de las posiciones de cabeza. Una etapa de transición, en definitiva, justo cuando el equipo gijonés transita por la fase pirenaica de la temporada.
Ya lo advirtió Sergi Barjuan en la previa augurando un duelo de pocos goles, solo apto para jugadores inteligentes y donde los errores se pagarían muy caros. Acertó de pleno. Hubo mucho pase fallado, demasiadas ocasiones desperdiciadas y excesiva lentitud en el juego. Un decorado feo, chirriante como arañar un plato con un tenedor, que recordó al soporífero empate logrado ante el Jaén allá por el pasado mes de octubre. A la afición más le valdrá olvidar ambos empates, aunque no conviene desdeñar las conclusiones técnicas que se pueden sacar del juego exhibido este domingo. A Sandoval le tocará ajustar las piezas durante la semana antes de afrontar la cumbre de Mallorca del próximo domingo, donde una pájara sería letal. Cierto que, salvo imprevista novedad, volverá Nacho Cases al equipo con todo lo bueno que ese retorno implica para el juego del Sporting, pero hay deberes: no se pueden reiterar los errores groseros en la salida de balón a cargo de Mandi, Casquero es un mal timonel de las operaciones creativas del juego rojiblanco y Mendy adolece de una escandalosa falta de minutos para ejercer como revulsivo, lo mismo que le ocurre a Guerrero. Si no se les va a dar salida a ninguno de estos tres jugadores en el mercado invernal, deberían gozar de más oportunidades para que sus aportaciones sean más lustrosas que las de esta jornada. Más que nada por utilidad. El Sporting debe ser un club rentable en todos los aspectos y eso implica por tener un buen fondo de armario, sin huecos innecesarios, en la primera plantilla.
El cerrojo defensivo presentado por Sergi bloqueó el juego del Sporting hasta tal punto que el segundo tiempo se produjo un tremendo desbarajuste táctico en el conjunto de Sandoval. Se terminó fiando el timón del juego a Casquero, un futbolista más experimentado para la contención, aunque en esa faceta se excede al cometer numerosas faltas. Fue incesante el esfuerzo defensivo de los jugadores del Recreativo, basado en los cuatro zagueros y en el sacrificio de mediocampistas como Dimas, Jesús Vázquez y el reaparecido Montoro. Quién sabe si los técnicos de scouting del Swansea inglés que presenciaron el partido desde un palco de El Molinón, tomaron más nota de los futbolistas del Recre, que de hombres tan de moda como Scepovic, Lekic, Barrera y Sergio. Todos los sportinguistas lo intentaron, pero sus embestidas pudieron ser completamente inútiles si el Recre se hubiese mostrado tan atinado en el ataque como en la defensa. Tal fue el caso de Joselu, que tuvo la ocasión del partido tras una gran jugada de Jorge Larena, que le sirvió medio gol pero el delantero onubense no convirtió el otro medio al cruzar demasiado su disparo. En honor a la verdad, hubiese sido un castigo demasiado severo para un Sporting que dispuso de las mejores oportunidades. Pero un aspirante al ascenso no se puede permitir el lujo de perdonar al rival.
Muchas ocasiones, ningún gol
Con los centrales abiertos, los laterales muy adelantados y sin Nacho Cases, el juego del Sporting fue más lento de lo habitual fiado excesivamente a los cambios de orientación de Sergio Álvarez, las llegadas de Álex Barrera y la movilidad constante de Álex Serrano y Santi Jara. Y de ese planteamiento, que no precisa de la pelota como un bien capital, nacieron las primeras aproximaciones. Como si de un córner se tratara, la primera ocasión del partido llegó a la salida de un saque de banda lanzado por Luis Hernández y cabeceado por Bernardo al exterior de la red, lamiendo el larguero. Primera oportunidad protagonizada por defensas rojiblancos, aunque los primeros minutos estuvieron dominados por un Recre que compareció en El Molinón dispuesto a asumir la tutela del juego desde el principio. Pero la tremenda artillería ofensiva del Sporting convertía en temible cada aproximación ofensiva, de tal modo que Scepovic dio el segundo aviso con un peligroso chut desde la izquierda que se perdió muy cerca de la portería de Cabrera. A la fragilidad y descoordinación de la zaga sportinguista, con Mandi y Bernardo en el eje, se aferraba el Recre para crear peligro, aunque las mejores ocasiones eran rojiblancas con un Scepovic que volvió a rozar el gol de cabeza tras una falta botada por Jara.
Primer tiempo dominado por la tranquilidad, con poco ritmo y el dominio pausado del Recre para dormir el partido. Un botón de muestra fue el excesivo tiempo que se tomaba el guardameta Cabrero en cada saque para desesperación de los sportinguistas. El árbitro De Burgos Bengoetxea,de recuerdo agrio para el Sporting porque fue el que pasó por alto la mano de Truyols en Murcia, no se complicaba la vida y sancionaba sin titubear cada falta a favor de los locales para disgusto de un Recre que reclamó un claro derribo de Mandi sobre Arana en la frontal del área. A balón parado volvió a avisar el equipo gijonés con un lanzamiento de Stefan que obligó a lucirse a Cabrero con un despeje a dos manos. Y a la salida de un córner muy cerrado, lanzado desde la izquierda, llegó otra gran ocasión para el Sporting: remate de Mandi desde el punto de penalti y Fernando Vega lo saca bajo los palos cuando El Molinón cantaba el gol.
El segundo tiempo nació con un cambio en el Sporting. Entró Casquero por Álex Serrano en una clara apuesta del técnico por la consistencia en el juego a costa de perder movilidad. A la salida de un córner, el equipo asturiano volvió a rozar el gol: Lekic tocó en el primer palo y por el segundo apareció Mandi, que no alcanzó el esférico por escasos milímetros. El Recre no creaba peligro, pero cualquier error en la zaga sportinguista se podía penalizar en un escenario tan igualado, un aviso para un Mandi especialmente desentonado en la salida de balón. Los pitos comenzaron a acorralar a De Burgos cuando no sancionó una clara infracción de Jesús Vázquez al entrar por detrás, sin balón, a Lekic justo cuando el serbio se marchaba en velocidad. Como en la primera parte, Cabrero volvió a salvar al Recre con su buena respuesta ante un zurdazo a bocajarro de Canella, cuyas aportaciones ofensivas se veían favorecidas por su posición adelantada en el costado izquierdo. Y en un fulgurante contraataque, tras una ocasión que no pudo definir Scepovic, tras un error de Luis Hernández y Bernardo, llegó la gran ocasión del Recreativo. Se fue como un tiro Jorge Larena hacia la portería de Cuéllar, atrajo a Mandi y al central colombiano hasta dejar solo por el otro lado a Joselu, que cruzó en exceso su remate y se marchó a un palmo de la meta sportinguista. Pudo matar el Recre, que acto seguido paró la respiración en El Molinón por un misil de Arana que se fue por muy poco.
Sandoval tuvo que recurrir a la frescura de Miguel Ángel Guerrero para mejorar el ataque a costa de retirar a Lekic, siempre peleón y cumplidor en labores ofensivas. La pudo tener el manchego tras un gesto de calidad de Scepovic, que le puso en franquía el balón en boca de gol, pero la jugada estaba invalidada por fuera de juego del serbio. El partido estaba tremendamente igualado y lo supo ver Sergi al meter a Jonathan Valle, que reapareció la pasada jornada ante el Murcia tras una larga lesión, en el lugar de Jorge Larena. El técnico barcelonés siguió moviendo piezas dando la oportunidad a hombres como Ezequiel y Linares, planteando a su colega Sandoval un crucigrama muy difícil de resolver. Aún así, Canella pudo romper el partido con un nuevo intento a quemarropa que salvó Morcillo. El entrenador del Sporting quiso terminar de romper el choque con la salida de Formose Mendy, inadvertido durante todo el curso, en lugar de Santi Jara, pero su aportación fue nula aunque el chaval se desfondó corriendo al estar fresco como una rosa. Guerrero se empachó de balón en el último suspiro y la última embestida del Sporting se quedó a medias. La próxima semana, cita en el Iberostar Estadi, un puerto de primera donde los hombres de Sandoval deberán demostrar que tienen madera de líderes.
LA FICHA TÉCNICA
Sporting: Cuéllar; Luis Hernández, Bernardo, Mandi, Canella; Álex Barrera, Sergio, Álex Serrano (Casquero, minuto 45); Jara (Mendy, minuto 85), Lekic (Guerrero, minuto 69) y Scepovic.
Recreativo: Cabrero; Cifu, Manosse, Morcillo, Fernando Vega; Jesús Vázquez, Montoro, Dimas; Arana (Ezequiel, minuto 80), Jorge Larena (Jonathán Valle, minuto 74) y Joselu (Linares, minuto 89).
Árbitro: De Burgos Bengoetxea (Comité Vasco). Mostró tarjetas amarillas a Casquero (49′) y Jara (57′), del Sporting, y a Montoro (38′), Arana (59′) y Valle (91′), del Recreativo.
Incidencias: Partido disputado en El Molinón ante 13.256 espectadores. Terreno de juego en aceptables condiciones. Mañana con sol intermitente y 15 grados centígrados en Gijón.
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