Volvió la Liga y lo hizo a lo grande. Con un Clásico que el Fútbol Club Barcelona quería convertir en un triunfal homenaje póstumo en memoria del recientemente fallecido y ya extraordinariamente añorado, Johan Cruyff, pero como si fuera un guiño del padre del Dream Team para no bajar la guardia, ganó el Real Madrid. El Madrid, ese equipo que dicen que siempre vuelve, lo volvió a hacer y ganó en el Camp Nou dos temporadas después. El triunfo refresca un interrogante que no hace ni quince días dábamos por resuelto: ¿Hay Liga? Ahora mismo sí, porque quedan siete jornadas y los seis puntos que le saca el Barcelona al Atlético y los siete que le mete al Real (más el goalaverage), parecen definitivos. Mal harían en confiarse los culés, que ya tienen la Liga virtualmente ganada, aunque todavía la pueden perder matemáticamente. No les diremos que hagan juego, sí les recomendamos permanecer atentos a esta pantalla.
En el tiempo reglamentario

Resultados de la 31ª jornada: el Madrid ganó el Clásico, el Atleti le metió cinco al Betis, ganó el Villarreal en Ipurúa, tablas en el derbi gallego, punto de oro del Granada en San Mamés, el Rayo se llevó el derbi madrileño y empate a nada entre el Levante y el Sporting.

Así está la clasificación: el Atleti y el Madrid recortan distancias, el Villarreal amarra la plaza Champions, el Celta sigue quinto, el Athletic supera al Sevilla, el Granada se aleja un punto del descenso y el Sporting supera al Getafe.
Con el recuerdo a Johan Cruyff muy vivo y presidiendo la cita del Camp Nou, el sábado se jugó el partidazo de la jornada, un Clásico que siempre es más que un partido y nunca es un partido más. A pesar de empezar perdiendo, ganó el Real Madrid (1-2) y se acerca al Barcelona, que se mantiene líder en solitario aunque reduce a siete puntos su ventaja sobre el equipo blanco. Se rompió así la mayor racha sin perder (39 partidos consecutivos) en toda la historia del fútbol español. El otro beneficiado de la victoria blanca es el Atlético de Madrid, que antes había endosado una manita (5-1) al Betis en el Vicente Calderón para ponerse a siete puntos (más el goalaverage) del Barça y mantenerse uno por encima del Madrid, que sigue tercero pese a su triunfo en la Ciudad Condal.
El campeonato de la regularidad no lo ganará, pero la cuarta plaza Champions tiene que ser, casi por decreto-ley, para el Villarreal. Este domingo volvieron a ganar (1-2) en un campo tan difícil como es Ipurúa contra un Eibar que se puso por delante y terminó sucumbiendo ante un equipo que va camino de ser, si no lo es ya, el referente futbolístico de la Comunidad Valenciana.
El primer equipo de Galicia, al menos en términos clasificatorios, es el Celta de Vigo, al que le vale el punto sumado (1-1) en el derbi gallego de Balaídos para seguir en la quinta posición aprovechándose así del empate del Athletic ante el Granada (1-1) en la tarde dominical en San Mamés y de la posterior derrota del Sevilla (1-2) en el Sánchez-Pizjuán frente a la Real Sociedad. En un pañuelo de un punto se encuentran estos tres equipos, con ventaja de uno para el conjunto vigués sobre sus dos inmediatos perseguidores.
Por abajo se abre una pequeña brecha de un punto entre el equipo que marca la salvación, el Granada, y los tres condenados. El punto sumado por los nazaríes en Bilbao les saca del peligroso triple empate que les mantenía atados al descenso. El Sporting supera al Getafe gracias al punto sumado (0-0) ante el Levante, pero sigue a uno de la salvación. El Getafe no levanta cabeza y contra el Rayo Vallecano sufrió una nueva derrota (2-0) en el derbi madrileño del viernes y ya llevan los azulones 11 jornadas sin ganar. Del choque de necesitados que abrió la jornada al duelo de necesitados que la cerró este lunes salió malparado el Levante, que se mantiene colista y sigue a cuatro puntos de la permanencia.
La cara: Real Madrid

La plantilla del Real Madrid celebró a lo grande en el vestuario del Camp Nou su victoria en el Clásico.
Alguien dijo en su momento aquello de que «el Real Madrid siempre vuelve» y la frase se ha convertido en el cantar de moda después de la victoria de los blancos en el Camp Nou. Aquí ya lo advertimos antes del parón de selecciones y, quince días después, el Madrid vuelve a ser la cara de la jornada. Lo demuestra la imagen adjunta, donde sobresale la esbelta y musculosa figura de un Cristiano Ronaldo que volvió a decidir en el estadio que más le motiva, con permiso del Bernabéu. Es la figura que simboliza la fortaleza de un bloque que consiguió repetir el resultado de hace dos temporadas. En 2012, ese 1-2 valdría un título; veremos qué implicaciones tiene el 1-2 de 2016.
De Keylor, que volvió a demostrar que el Madrid ya tiene un portero de confianza, al gol de Cristiano, otra vez decisivo en la cancha de su rival por antonomasia. La victoria blanca se cimentó en un eficaz trabajo colectivo donde destacaron la labor a destajo de Casemiro en la contención, Pepe al corte, Kroos y Modric en la creación y circulación, Bale al galope (al que anularon un gol totalmente legal) y Benzema, autor del gol del empate con un sensacional remate acrobático, siempre determinante en los metros finales. Solo desentonó Sergio Ramos, expulsado en los últimos minutos después de rondar la expulsión durante todo el partido, aunque bien mereció ver la segunda amarilla a la media hora por derribar a Messi en la frontal del área. Pero ni la dureza de Ramos empañó la gran actuación de los hombres de Zidane, que supo leer perfectamente el partido ordenando un repliegue compacto y una presión intensa antes de salir como flechas al contraataque.
Lo que seguimos sin saber a esta hora es si el Real Madrid habrá vuelto para quedarse en la gloria, o su máximo triunfo de la temporada será la victoria en el Clásico. Hace décadas, ese era el mayor éxito del Barça cada temporada. Veremos si le ocurre lo mismo a su eterno rival. En nuestra liga le quedan 7 jornadas para obrar el milagro. De la Champions, como del gobierno, ya hablaremos.
La cruz: Fútbol Club Barcelona

Los azulgranas reclamaron falta y expulsión de Ramos por este derribo a Messi en la frontal del área.
No es habitual que el todavía flamante líder de nuestra liga sea la cruz de la jornada, pero una derrota en un clásico bien lo justifica. ¿Qué hizo mal el Barcelona para ser la cara B de la jornada? Para empezar, ya se sabe aquello de «vísperas de mucho, días de nada», así que el ambiente del merecidísimo homenaje a Johan Cruyff que marcó los prolegómenos del Clásico, dejó en un segundo plano lo estrictamente deportivo. El merecido homenaje a la leyenda holandesa, con un espectacular tifo en la grada y un emotivo vídeo, fue desdibujado por los gritos en contra de CR que se escucharon durante el minuto de silencio. No se sabe si sería el karma, pero en el campo se demostró que el Barça no iba a tener su noche desde que Suárez falló lo que nunca falla, y Cristiano iba a tomarse la justicia donde más y mejor suele hacerlo: en el césped.
En lo que pasó el sábado en el Camp Nou tuvo mucho que ver el cúmulo de despropósitos del árbitro de la contienda, Hernández Hernández, que no expulsó a Sergio Ramos después de un derribo a Messi en el balcón del área que mereció la segunda amarilla, amén de mostrarse muy nervioso en todo momento. Como los malos árbitros quiso aplicar a su manera la ley de la compensación y, tras pifiarla al no señalar la falta de Ramos sobre el astro argentino, la volvió a pifiar en el segundo tiempo anulando un gol legal a Bale por una inexistente falta sobre Jordi Alba. Estos fueron sus dos mayores pifias de la noche, pero su actuación estuvo plagada de un sinfín de borrones (pitó y no pito faltas a su libre albedrío) que no deben servir para justificar la derrota culé.
Ni el parón de selecciones, ni la ventaja clasificatoria, explican la derrota. Una derrota en el Clásico siempre es injustificable. Se pongan como se pongan los incondicionales de ambos equipos. La mala actuación de la MSN en el duelo del sábado tiene mala justificación. El temible tridente azulgrana fue reducido a la mínima expresión por la zaga blanca, que supo cortar y trabar el juego de los ases azulgranas. Neymar apenas intervino, Messi se perdió en un bosque de patadas y Suárez terminó desquiciado por la presión de Casemiro y los forcejeos con Pepe. Zidane leyó muy bien el partido y le ganó la batalla táctica claramente a Luis Enrique, que no tiene motivos para temer por la liga pero que sí deberá atarse los machos para que el reloj europeo no se lo pare en los cuartos el Atleti de su colega Simeone.