El regreso -de nuevo- de Guardiola al Camp Nou se saldó con una derrota más abultada de lo que probablemente mereció el Manchester City. El encuentro se resolvió por errores y jugadas aisladas que impiden realizar un análisis justo del rendimiento del equipo de Pep frente a Messi y compañía -probablemente ahora la cima a la hora de probar en qué punto está un equipo-.
Y eso que el de Santpedor, rememorando otras épocas, planteó un 4-3-3 con el genial De Bruyne haciendo de falso nueve. Se plantó el City con Aguero en el banquillo en busca de una presión alta que impidera la salida clara del Barça desde atrás. La idea, salvo los primeros minutos de partido, le salió bien de comienzo al Manchester. El Barcelona, por contra, se perdía cuando el cuero llegaba a los pies de Ter Stegen y no había un compañero libre al que darle el balón sin rifarlo -línea de ataque-.
El conjunto blaugrana usaba, eso sí, el recurso del contragolpe como respuesta al dominio inglés. Ese recurso que introdujo Luís Enrique para sacar partido de Neymar y Messi y la facilidad al desmarque de Suárez. Entregarse al tridente le dio buenos resultados las dos campañas anteriores y aunque en esta se atisba cierta fragilidad defensiva y problemas para sacar el balón jugado cuando el rival presiona ordenado, tener a Leo en forma ayuda y mucho. Y es que cuando más dominaba el City el argentino aprovechó un balón recuperado por Mascherano en campo contrario para hacer la pared con Iniesta. Dentro del área, el manchego devolvió para Leo y Fernandinho resbaló en el momento más inoportuno, facilitando el camino del diez al gol.
El 1-0 dejó grogui al City durante un cuarto de hora. Sin más ocasiones claras para los dos equipos hasta el final del primer tiempo -para el Manchester de la mano de Nolito y Gundogan, Suárez para el Barcelona-, el encuentro se fue perdiendo en una sombra de lo que se esperaba a priori. Influyó en esto, a buen seguro, el tiempo de parón vivido en las lesiones de Jordi Alba y Piqué.
Tras el descanso el partido parecía que tomaba los mismos derroteros, dominio del City y el Barcelona dando mayor sensación de peligro, hasta el minuto 51 en el que Bravo cometió un error dejando el balón en los pies de Suárez y parando fuera del área con la mano llevándose con ello la roja. Con diez el City tuvo que replegarse y ahí el Barcelona sacó todo el rédito que se puede sacar. En un error en la salida del equipo inglés Iniesta recuperó el cuero en tres cuartos y habilitó a Messi para que batiese a Willy por el palo corto desde fuera del área.
Messi, siempre Messi, ocho minutos más tarde cerraba su enésimo hat-trick con un gol a puerta vacía tras pase de Luís Suárez. Tuvo tiempo el argentino de provocar un penalty que falló Neymar. El brasileño se resarció y cerró la goleada al filo del pitido final con un gol a la brasileña, barroco, lleno de talento frente a dos centrales más toscos de lo que parecen, Stones y Otamendi.
Como bien reconoció Ter Stegen, el resultado fue engañoso porque la tarjeta roja a Bravo cambió radicalmente el curso de un choque en el que el City, hasta ese momento, mereció más.
Ficha técnica:
Barcelona: Ter Stegen; Umtiti, Piqué (Mathieu, ’39), Mascherano, Jordi Alba (Digné, ‘9); Busquets, Rakitic, Iniesta (Gomes, ’80); Messi, Suárez y Neymar.
Manchester City: Bravo; Zabaleta (Clichy, ’57), Stones, Otamendi, Kolarov; Gundogan (Aguero, ’81), Fernandinho, De Bruyne; Silva, Nolito (Willy, ’57) y Sterling.
Goles: 1-0 (Messi, ’17). 2-0 (Messi, ’61). 3-0 (Messi, ’69). 4-0 (Neymar, ’89).
Árbitro: Milorad Mazic. Amonestó a Silva, Fernandinho y Clichy. Expulsó a Bravo por roja directa y a Mathieu por doble amarilla.