El mallorquín avasalla por inercia a un aceptable (solo en el segundo set) Andújar mientras Wawrinka y Berdych luchan de poder a poder hasta que el tercer dictaminó que sea el suizo quien pase a la final de Madrid frente a Nadal
Carlos Oleagoitia (@oleagoicarlos)
La contundencia con la que Rafael Nadal (5º) despachó el primer set con un rosco en su semifinal del Masters 1.000 de Madrid contra el conquense Andújar (113º) fue esta tarde una muestra más de la voracidad de campeón que define el tenis del mallorquín, tremendamente competitivo y profesional aunque delante tuviera un tenista de su quinta, un amigo con el que entrenó en infinidad de ocasiones, pero al que aún así apabulló sin remisión. Andújar llegaba a esa semifinal con la vitola de revelación del torneo y tras dejar en la cuneta a tenistas de la talla de Isner (21º), Cilic (11º) o Nishikori (16º) a pesar de llegar a Madrid con una invitación del torneo y queriendo olvidar las molestias en una rodilla que le sacaron del top 100 pero al que volverá la semana que viene, hasta el puesto 54 concretamente. No era Andújar ningún flan devorado por los nervios pero Nadal también posee la cualidad de jugar mejor cuantas rondas más avanzadas de los torneos disputa y el cansancio que puede hacer mella a los demás, no estando acostumbrados a jugar día tras día, le salvó en el segundo parcial, cuando Pablo se entonó y fue comandando el marcador, incluso teniendo tres bolas de breaks hasta que Rafa puso una marcha más y acabó con la bonita semana de su rival.
Si la primera semifinal dejó un marcador de 6-0 y 6-4 a favor de Nadal en una hora y 17 minutos, la segunda semifinal disputada en horario vespertino, mucho más acorde para el tenis que el esperpento de ayer de tener jugando a los tenistas hasta casi a las dos de la madrugada, vislumbró un marcador de 6-3, 4-6 y 6-4 en una hora y 56 minutos de lucha entre el suizo Wawrinka (15º) y el checo Berdych (6º) en un toma y daca constante. Por ranking Tomas era favorito ante Stan y maxime viendo la final que firmó y perdió por detalles ínfimos el año pasado en este mismo torneo ante Federer (2º), pero el suizo demostró por qué venía de hacer semifinales en Casablanca ante Robredo (36º), cuartos en Montecarlo ante Tsonga (8º) y título en Estoril ante Ferrer (4º) en el último mes, vengándose del mismo tenista ante el que perdió la final de Buenos Aires en febrero. Primero golpeó (hablando en sets) el suizo, respondió con otro crochetazo el checo y el derroche de ayer del número seis del mundo ante Murray (3º) quizá le pasó factura en la parte final del choque y lo envió a la lona.
La final de este Masters 1.000 de Madrid se juega a las 16 horas de este domingo para los privilegiados que acudan a la Caja Mágica y para los demás en la Sexta con los acertados comentarios de Emilio Sánchez Vicario y Conchita Martínez como expertos, y correctos periodistas como Óscar Rincón y Carlota Ruíz como conductores. Harina de otro costal es la nula o cuanto menos paupérrima cobertura de Nitro, como cadena de apoyo a la emisión de partidos de este Master en rondas anteriores, cuando se jugaban varios partidos a la vez y consideraban más interesante emitir series americanas; eso sí, la final femenina entre Serena Williams y Maria Sharapova sí que está anunciado a las 13 horas por Nitro, a buenas horas.
Escrito al son del ‘Pongamos que hablo de Madrid’ (2000) de los Porretas.