Alberto Arauz (@Arauz84)
Resulta harto difícil plasmar en unas lineas el alubión de sucesos vivido en el Bernabéu. Las resaca de las fiestas invitaba a un menú tirando a digestivo. Nada de eso. Las sopitas y el buen vino habrán de esperar. Mourinho puso de entrante un canapé contundente. Casillas probaba de nuevo la confortabilidad del banquillo para disgusto del respetable. Pero apenas tuvo tiempo el trasero de Iker de gozar de sus bondades.
El partido arrancó cargado de frenesí. Cuando aún se escuchaban en el graderío las cumplidas felicitaciones propias de estas fechas, Benzema inauguraba el año tras regalo de Khedira. Pero 3 minutos más tarde, Adán, que pareció también molesto con la suplencia de Casillas, engullía a Vela y se marchaba a la ducha. Xabi Prieto amargó la rentrée del mostoleño, empatando el partido desde los 11 metros. Tocaba tirar de casta. Y de eso el Madrid va sobrado.
En el 35 Khedira de tacón establecía el segundo tras el remate mordido del denostado Carvalho. Pero la Real, que tiene dinamita arriba, se resistía a malgastar la oportunidad pintiparada de rascar algo de Chamartín. Y así, al filo del descanso, de nuevo Xabi Prieto alojaba el balón en la jaula.
El segundo acto comenzó con un Madrid con las mismas dosis de testosterona pero muchas más de fútbol. Benzema y Ozil se disfrazaban de pajes y Ronaldo de Rey Imperial. El portugués marcó el tercero (tras obsequio de alta enjundia de Benzema), el cuarto (Bravo no quiso ser menos), remató a la madera, vio una amarilla, abrazó a Mou… Pocas cosas se dejó en el tintero el 7 en una actuación memorable. Con 4-2 hasta hubo lugar para la vuelta del Pipa Higuaín al que también recibió la madera después de una gran cabalgada. Sólo restaba el antojo final de Xabi Prieto. Le había pedido un balón a los reyes, y él mismo se lo empaquetó. Firmó un hat-trick en un partido de lo más convulso y disparatado en la que quedó cristalino, que el merengue está con Iker, y que Cristiano es superior.