El piloto del Mapfre Aspar consigue su primera victoria y Espargaró aprieta un poco más el mundial.
Está claro que el objetivo de Pol Espargaró antes de llegar al Gran Premio de Alemania era irse de vacaciones reduciendo al máximo la diferencia con el líder Scott Redding. Y para ello, saliendo tercero, empleó la táctica más inteligente. Salir rápido, tirar y separar al grupo esperando que el británico se perdiera en la mitad de la clasificación y luego, si era viable, luchar por la victoria corriendo los riesgos mínimos necesarios.
Y así fue el desarrollo de toda la carrera. Pol tirando de un grupo de cuatro acompañado de Jordi Torres, Corsi y Simón. Redding era quinto y perdía dos décimas por vuelta. Para martirio del líder, el grupo que comandaba Luthi se ponía a su rueda. Si algo no le gusta a un piloto que ve como su ventaja en la general se va reduciendo es verse metido en batallas por puestos intermedios en la clasificación, con compañeros de categoría para los que un quinto puesto es casi una victoria personal. Al final fue superado por Luthi y DeAngelis para terminar séptimo.
El plan de la general salió bien a medias. Todo porque Jordi Torres, que se quedó a 13 milésimas de segundo de la pole, no iba a dejar escapar la oportunidad de una victoria. Tras permanecer dos tercios de carrera a rueda, superó a Espargaró en la bajada y amplió la diferencia hasta un segundo de distancia, asegurando así su primera victoria mundialista. Por detrás, Corsi rebasaba al piloto del Tuenti HP 40 que se tenía que conformar con la tercera plaza. Esto sumado al séptimo puesto de Redding aprieta un poco más la clasificación general.