AITOR PLAZA (@AitorPlaza1)
El Athletic venció por 3-1 a Espanyol en un encuentro en el que los leones fueron muy superiores a unos pericos faltos de personalidad en San Mamés. Aduriz, Viguera e Iturraspe marcaron los goles locales, Víctor Sánchez el de la honra.
Volvía el fútbol, después del parón de selecciones, a uno de los campos más emblemáticos del fútbol español: San Mamés. El Espanyol llegaba inmerso en una mala racha al encadenar cuatro partidos consecutivos sin conocer la victoria, una racha inversa a la del Athletic. Los de Valverde tras el mal arranque liguero parece que poco a poco van encontrando su seña de identidad, esa que tanto éxito le dio la temporada anterior. Con Viguera ejerciendo de enganche, intercambiando la posición con Aduriz, los rojiblancos pierden la precisión en el pase y el toque que tenían con Ander Herrera o Beñat, pese a no ser este el puesto del de Igorre, pero ganan en peligro y gol.
Víctor Sánchez nada más comenzar el encuentro asustaba a San Mamés con un potente chut desde lejos. Hay que recordar el golazo que marcó el 4 perico la temporada pasada en Cornellà. El encuentro arrancaba sin un dominador claro pero el Athletic iba a hacer valer su fuerza como local para ir imponiéndose y ganando la posesión del balón. Los rojiblancos atacaban pero no llegaban a llevar el peligro a la portería defendida por el internacional Casilla. Un corner y un cabezazo flojo de Viguera era lo más peligroso en los 30 minutos de juego que habían transcurrido. Pero ahí era cuando surgía la figura de Aduriz, el pichichi de los leones, que volvía tras una lesión, lo hacía abriendo la lata con un cabezazo en un corner colgado por Susaeta. El delantero donostiarra contaba con la ayuda de Stuani, que sin querer desviaba la trayectoria del balón. Los blanquiazules intentaban reaccionar por medio de Lúcas Vázquez, el extremo, que el año pasado militó en el Real Madrid Castilla, era el más destacado de su equipo aportando siempre una chispa que no tenían sus compañeros. En el minuto 35 llegaba la acción polémica del encuentro, cuando Casilla arroyaba dentro del área a Aduriz. El árbitro no señalaba nada ante la incredulidad de todos los espectadores. Y justo antes del término del primer tiempo, de nuevo Aduriz, convertía un despeje de Mikel Rico en gol de Viguera. El donostiarra bajaba con el pecho un balón bombeado por el ex del Granada, conducía y cuando parecía que iba a disparar sorprendía asistiendo entre líneas a Viguera que con sangre fría, girando el tobillo, batía a Casilla.
El Espanyol no mejoraba tras el descanso. Con una presión más asfixiante el Athletic tampoco sufría y seguía mandando en el partido. Sergio González, en vista de la situación, decidía mover el banquillo y dar entrada a Caicedo y Salva Sevilla. En el 65’ Stuani estaba cerca de recortar distancias pero su disparo se marchaba desviado por poco. Los rojiblancos daban un paso atrás y Salva Sevilla se encontraba con el poste tras driblar a De Marcos y chutar. Valverde metía a Beñat para ganar precisión por dentro y volver a hacerse dueños del partido. El Athletic se encontraba cómodo con el de Igorre en el campo. Además en el 78 Iturraspe ponía el tercero. El 8 rojiblanco recibía un balón en ventaja y sin oposición y desde 30 metros enganchaba un disparo perfecto que tocaba en el poste y entraba en la portería. San Mamés era una fiesta, después del mal arranque liguero por fin la afición bilbaína disfrutaba viendo a su equipo en la Catedral. El gol de la honra lo marcaba Víctor Sánchez, al que se le da bien el Athletic, en un despiste general de la zaga local.
Con estos tres puntos los de Valverde huyen de la zona baja de la clasificación y se asientan en la zona media. El Espanyol, con esta derrota, encadena 5 encuentros consecutivos sin ganar y se sitúan a tan solo dos puntos del descenso.