
La imagen de Guillermo García-López refleja la impotencia del equipo español en Canadá. Foto: 20minutos.es
La “Desarmada” española cumplió las previsiones más pesimistas y cayó en Canadá. La eliminación de la Copa Davis en primera ronda supone una fugaz vuelta al pasado, cuando ganar a domicilio era casi una hazaña.
Ninguno de los cuatro miembros del equipo español (Marcel Granollers, Albert Ramos, Marc López y Guillermo García-López) rindió por encima de lo esperado. Ni siquiera la épica de la Davis iluminó a alguno de los jugadores españoles en Vancouver. Fue Frank Dancevic quien tuvo su particular tarde de gloria. Con un discreto ranking pero talento suficiente para competir puntualmente a un alto nivel en pistas duras, el número 166 del mundo pasó por encima de Granollers, el 34 (6-1, 6-2, 6-2). La cabeza visible de los españoles en esta eliminatoria se veía impotente ante el outsider canadiense. Era la confirmación de que la “Desarmada” hacía aguas por todas partes. Anteriormente, Milos Raonic había superado a Ramos en cuatro sets.
La victoria de Marcel y Marc en el dobles sólo prolongó la agonía y evitó un vergonzante 3-0 en la jornada del sábado. Raonic esperaba el domingo con su cañón. Su servicio fue inquebrantable durante todo el fin de semana y García-López se convirtió en un juguete del tenista canadiense (6-3, 6-4, 6-2). El jugador albaceteño, con un saque inofensivo y una derecha débil, fue el reflejo del equipo que España presentó en Canadá. Un equipo desarmado, perdido, una suma de remiendos.
Pero los protagonistas del fracaso de esta Davis no deben ser los cuatro tenistas españoles en Vancouver, que dieron la cara dentro de sus limitaciones. Tampoco el capitán Álex Corretja, que se vio en una difícil encrucijada. Los máximos responsables de este fracaso son los mismos que han acaparado la gloria durante los últimos años. Los que han decidido descansar de España por intereses particulares. Los que alegan un calendario agotador pero disputan multitud de torneos menores a lo largo del año. Los héroes de sí mismos. Los que deberán reaparecer en septiembre para evitar el descenso de categoría del equipo español. Aunque tal vez Almagro, la única gran ausencia justificada, sea suficiente si el rival acompaña.
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