Oda al fútbol en Anfield. El Liverpool venció por 5-2 a la Roma en el partido de ida de la semifinal de la Liga de Campeones, en un partido que se podría decir que tuvo tres fases, un leve dominio inicial de la Roma, que pasó a sufrir un Liverpool completamente desencadenó que pasó a descuidarse en los minutos finales de una Roma que ha demostrado que nunca se le puede dar por vencida.
La Roma empezó con la tranquilidad y entereza de un equipo que juega una semifinal europea cada temporada, los de Di Francesco no tenían miedo de llevar la iniciativa en Anfield, estuvieron mejor situados y tuvieron el control del esférico y de la situación durante los primeros veinte minutos de partido. El serbio Kolarov, viejo conocedor del fútbol de las Islas, tuvo la mejor ocasión romanista a los dieciocho minutos de juego, volea desde la frontal que Karius no pudo blocar al complicarse él mismo con una extraña posición de las manos. Poco a poco la Roma se fue creyendo que le podía hacer daño al Liverpool jugando en su campo y esa fue su perdición.
Dos robos de balón del Liverpool, uno en campo propio, otro en la divisoria, supusieron los dos primeros avisos, las dos primeras ocasiones del conjunto red que sorprendentemente erró Mané con dos disparos que se marcharon alto. Otra recuperación de balón, esta vez Henderson, en tres cuartos de campo, recibe Salah en el pico derecho del área, y con espacio para disparar, con su zurda, el egipcio la colocó en el larguero, inalcanzable para Allison, adelantando al Liverpool en el marcador. Sobre el tiempo añadido, nuevo robo red en campo propio, balón al espacio de Firmino para Salah, y el egipcio no dudó, no se puso nervioso y le picó la bola a Allison con una maestría sensacional para doblar la ventaja antes del descanso.
Di Francesco inició la segunda mitad retirando al turco Cengiz Under por el delantero checo Patrick Schick. El Liverpool siguió en la misma tónica con la que terminó el primer tiempo, aprovechando al máximo los espacios que dejaba la Roma a sus espaldas, que eran demasiados. Salah, sabiendo jugar al límite del fuera de juego dio el tercer y el cuarto gol al Liverpool de una forma muy similar. Balón largo a la carrera del egipcio por banda derecha ante una despistada defensa romanista, en el minuto 56 balón atrás para que Mané rematase de primeras al palo largo, inalcanzable para Allison, totalmente vendido, y cinco minutos más tarde, esta vez Salah habilitaba a Firmino en el segundo palo, que en boca de gol solo tuvo que empujarla para anotar el cuarto gol. La autoridad, efectividad y velocidad que el Liverpool estaba imprimiendo al juego y al marcador era vertiginosa. Di Francesco reaccionó con un doble cambio ofensivo dando paso a Gonalons y Perotti por De Rossi y Juan Jesús. En el minuto 67, dos minutos después de los cambios de la Roma, saque de esquina botado por Milner, es rematado por Firmino de cabeza desde el punto de penalti a la base del poste más alejado para Allison. 5-0, la locura era total en Anfield, aficionados y jugadores se veían en la final de Kiev. Mala combinación.
En el minuto 74, la Roma tuvo su primer disparo a puerta del segundo tiempo, cabezazo bajo de Schick que detuvo Karius. Klopp retiró a la estrella del momento, Mohamed Salah, dos goles y dos asistencias en la noche de hoy, 43 goles y 13 asistencias esta temporada, para dar paso a Danny Ings. En el minuto 81, balón largo de Nainggolan para Dzeko, Lovren se zampa el bote y el delantero bosnio remató ante Karius al palo corto recortando distancias. Dzeko, tres minutos más tarde tuvo un nuevo disparo raso que esta vez sí detuvo Karius, pero en la siguiente jugada Felix Brych señaló una mano de Milner dentro del área. Perotti lanzó el penalti a la perfección, como mandan los cánones, alto y al lateral de la red. 5-2, el Liverpool estaba descompuesto y la Roma quería más y más, se veían capaces y el fantasma de cuartos ante el Barça pasaba sobre la cabeza de todos los jugadores, de los de Klopp, por lo que se les podía venir encima, y a los de Di Francesco, llenándolos de valor sabiendo lo que podían lograr.
El próximo miércoles 2 de mayo se resolverá en el Olímpico de Roma, cuál de los dos equipos estará, en el también Olímpico de Kiev, frente a Bayern de Múnich o Real Madrid disputando la final de la Liga de Campeones. La Roma deberá repetir el 3-0 que le endosó al Barcelona para pasar la eliminatoria, aunque esta vez por el valor doble de los goles en campo rival, también le valdrá el 4-1. Hazaña nada fácil de repetir aunque nadie le va a quitar a los aficionados romanistas el sueño de volver a lograrlo.