Nueva derrota del Sevilla por 4-2 en tierras alemanas, que lo deja fuera de la Liga de Campeones después de un nuevo ridículo
El Sevilla ya está fuera de la Liga de Campeones. Solo tiene tres puntos, conseguidos ante un Borussia de Mönchengladbach desahuciado a principios de temporada. El resto de la competición, tres ridículos, y quiero y no puedo en Manchester. El Sevilla directamente ha dejado de competir y de jugar a este deporte. Se presenta a los partidos a ver como el rival bombardea la portería de Sergio Rico una y otra vez. Hoy, en la primera parte, fueron 18 los tiros concedidos por una nefasta defensa en cuadro de los hispalenses. Los de Nervión no tienen alma, ganas, y han perdido el orgullo de un equipo que hasta hace bien poco presumía de un lema, como el “nunca se rinde”, que a día de hoy están pisoteando con alevosía.
El entrenador es una cabeza sin rumbo alguno, incapaz de adaptar un sistema de juego a las características de sus jugadores y al devenir del partido. No se baja del 4-2-3-1, ni aunque vaya 2-0 abajo y esté obligado a remontar el partido. Hoy el partido requería otra cosa, y él no se la dio. Los jugadores, muchos de ellos, el año pasado eran promesas del fútbol europeo, y hace una semana frente al Real Madrid, parecían salidos del Sevilla de Juande Ramos. Hoy, semana y media después, todos parecen una calamidad, y van deambulando por las competiciones de ridículo en ridículo. Este equipo no puede esperar más, y necesita y cambio de rumbo ya. Este Sevilla parece sacado de una película de zombies, incapaz de darle la vuelta a un encuentro, y plagado de espectadores que hoy han visto como un equipo, por ejemplo, muy inferior al mismo Borussia al que se enfrentaron la campaña pasada, les ha pasado por encima sin apenas despeinarse. No han sido nada del otro mundo, de hecho, los sevillistas han tenido ocasiones suficientes para haber hecho diana más veces de lo conseguido, pero la inoperancia del balance defensivo es lamentable. El sistema defensivo del Sevilla deja a Krychowiak como un jugador vulgar, hoy totalmente desbordado por Xhaka y Dahoud. Con la baja de tres centrale, Kolo no da garantías y menos para afrontar un partido de vida o muerte. Lo cierto es que todo lo que puede salir mal, está saliendo mal.
El partido fue una constante los 90 minutos. Al Sevilla le fallaron las áreas, y lo sostuvo Sergio Rico, que de no ser por él, podríamos estar hablando de un ridículo histórico. Este Sevilla llega, pero no materializa casi nunca sus ocasiones. Mientras el Borussia acababa todas y cada una de sus llegadas con disparos desde media distancia, los de Nervión juegan a meterse dentro de la portería con la pelota. Se da la circunstancia además, de que se usan las bandas cuando juega Gameiro, y menos cuando está en el campo Llorente. Todo al revés. Solo Konoplyanka puede salvarse del desastre de hoy. Eso, y los dos goles al final que dan opciones de meterse en la UEFA Europa League en caso de puntuar en la última jornada ante la Juventus. Uno de los múltiples disparos de Xhaka desde fuera del área, acabó en el paradón de la noche por parte de Rico. Pero otro de ellos, se convirtió en el pase perfecto para que Stindl empujase el primero de su doblete ante la atentísima mirada de Kolo. En la segunda parte, tras veinte minutos de llegadas sevillistas, en la primera contra realmente peligrosa que sacó el Gladbach, Johnson aprovechó por enésima vez la pasividad en la marca de Coke para clavarla en la escuadra izquierda. Diez minutos después, una jugada combinativa, con la total permisividad de todo el plantel visitante, acabó con el gol de Raffael, dejando retratado a Trémoulinas en la marca. Catástrofe total, el barco se había hundido. La entrada de Llorente mejoró al Sevilla. Vitolo acortó distancias, pero un minuto después Stindl hizo el cuarto. Ya en la prolongación, claro penalti sobre Krychowiak, fue convertido por Banega en el 4-2 final. Fue un encuentro de difícil análisis. Lo cierto es que esta temporada, es inexplicable comentar algo de lo que sucede alrededor de los partidos del Sevilla.
La única verdad es que el grupo de la muerte, no lo fue tanto. El Sevilla se encontró con un City y una Juve muy flojitos en su Estadio, y un Borussia cadáver en la ida, y ni así ha conseguido hacer una fase de grupos decente. Ha sido un fracaso estrepitoso, el cual solo se maquillará si el equipo consigue ganar mientras los alemanes no ganen en Manchester, o puntúan, y el Gladbach pierde. En cualquier caso, el futuro sevillista en Europa, ni siquiera depende ya de este noqueado Sevilla.