Algo está cambiando en Nadal, al menos en estas dos últimas semanas y en especial en estos últimos días. Estamos viendo algo del antiguo Nadal, aquel que nos hacía vibrar en cada uno de sus partidos, no es ni volverá a ser el mismo, ya lo dijo el propio Rafa pero su juego, sensaciones y actitud sobre la pista han cambiado.
Hoy, en semifinales, no ha podido con un gran Tsonga que se ha llevado el partido en dos horas y cuarto por 4-6, 6-0 y 5-7. Pero, quizás, ahora lo que menos importa son los resultados y sí la imagen y las sensaciones sobre la pista, y en ese sentido, las noticias son positivas.
Lleva dos semanas consecutivas llegando a las fases finales de los torneos que ha disputado y en Shanghai ha apabullado a sus rivales con un gran juego. Una hora le bastó para vencer a Wawrinka en cuartos de final (6-2 y 6-1), antes, en octavos de final, ya dejó muy buenas sensaciones, tanto con su servicio como al resto, ante Milos Raonic al que derrotó por 6-3 y 7-6. Fue en el primer partido en el que tuvo más problemas pero en ese momento, en el que remontó al gigante Karlovic, demostró que su proceso de recuperación está dando sus frutos.
Ante Tsonga, en semifinales, hemos visto un partido peleado y sufrido en el que Nadal se ha despistado en los dos últimos juegos y el francés lo ha aprovechado para acceder a la final. En el primer set un break le bastó a Tsonga en el quinto juego para adquirir ventaja en el marcador y adjudicarse la primera manga por 4-6 en 46 minutos. Empezaba fuerte el número 15 del mundo con un 88% de puntos ganados con el primer servicio y un 60% con el segundo servicio, pero Nadal estaba carburando, mantenía buenos porcentajes con su servicio pero fallaba en el resto, apenas ganó un 22% de puntos al resto.
Reaccionó Rafa en el segundo set, los fantasmas y las dudas que le perseguían en cada partido parece que han quedado a un lado, y desplegó un gran juego sobre la pista con el que no dio opción al francés. 6-0, un 71% de puntos ganados con el primer servicio, un 67% de puntos ganados con el servicio y un 60% de puntos ganados al resto. Una apisonadora sobre la pista.
En el último parcial hubo mucha igualdad entre ambos jugadores, ninguno quería ceder puntos al rival y ambos mantuvieron su saque hasta el undécimo juego cuando Nadal perdió su servicio y Tsonga se colocaba 5-6 y saque para cerrar el partido. Cometió varios errores Rafa en esos dos últimos juegos y su rival supo aprovecharlos para dejar a Nadal sin final.
No ha podido acceder a su segunda final consecutiva en dos semanas pero los aficionados al tenis y los seguidores de Nadal deben ver el lado positivo porque, aunque su juego no haya tenido recompensa, la impresión que ha dejado Rafa Nadal en la pista es que el trabajo y esfuerzo están dando resultados. Ha vuelto a recuperar la confianza en su juego, deja grandes porcentajes al servicio y no falla al resto, juega agresivo y se mueve por la pista con soltura, combinando el juego de piernas, que nos recuerda al de antes, con golpes potentes, profundos y ajustados, abriendo pista con su derecha y resto a dos manos que obliga a los rivales a dar lo mejor de sí mismos para derrotar al español.
Rafael Nadal está llegando, con calma, partido a partido vamos viendo señales de mejoría, no hay prisa porque seguro que llegará su momento y, si las lesiones lo respetan, podremos volver a ver a Nadal ganando torneos, mordiendo trofeos y copando las portadas de la prensa deportiva. Por ahora nos conformamos con verlo sonreír otra vez gracias a su buen juego.